28.3.08

En el club

Cantaba adelantándose un pelo, justo un pelo a la canción. A veces se levantaba del sillón que había hecho suyo y, con el cubalitro lleno tan solo de hielos, alzaba los brazos y movía las caderas con los ojos cerrados, le daba un trago a la bebida y se volvía a sentar. De verdad, era un show ver a la rubia.