6.11.10





Hurle encore une fois pour moi, monsieur,

puisque je ne le recommencerai pas à écouter plus jamais...









[img de: http://observatorio.info/2010/10/halloween-y-la-nebulosa-de-la-cabeza-del-fantasma/]

Sinopotser

El cielo macilento de aquella noche consiguió que me encerrara en mi cuarto. Me tumbé en la cama, y las mantas crujieron mientras me retorcía de sufrimiento. El techo se tornó caleidoscópico; nada tenía sentido entonces. Me costó dormir entre tantos pensamientos asquerosos de desdicha y despecho. Des... desnutrición, desamparo, descafeinado. Des... canso...

He despertado con una sensación de angustia que no logro controlar: peor que despertarse sin acordarse de la noche anterior, peor que haber estado fumando horas y horas (algo equivalente a meter la cabeza en la chimenea de una locomotora), peor que... peor que desear verte una noche más solo por saber que sigues vivo, que estás bien, que no me echas de menos, que no me necesitas más.

Lo peor es que quizá sí, quizá no, pero esa no es la cuestión.

25.9.10

Estás siempre ahí, vigilando cada movimiento. A veces tratas de adivinar el estado de ánimo de los demás, o lo que piensa la gente, según cómo mueven las manos, o si desvían la mirada, o si cambian su respiración, y eso te ayuda a elegir otras palabras o cambiar el tema de conversación.

Pero todo es en vano con él, porque a él todo le disgusta. Le disgustan tus uñas (largas, cortas, verdes o azules), le disgusta tu pelo, le disgusta si te pintas (y si no también), le disgusta tu ropa (pantalones largos o cortos, camisetas negras o rosas), le disgusta tu forma de hablar, tu forma de ser cariñosa con él, tu preocupación por su estado de ánimo...

Le disgustas.

Y te disgusta.

Y te disgustas.

9.9.10

Lo he perdido,
el Norte, el Sur, el Este... pero aun conservo el Oeste.
Todo está sucio, la ciudad está corrupta, las miradas vacías, la gente anda sin rumbo, las puertas no son acceso a ninguna parte, las ventanas no tienen paisaje, la rayuela no tiene números y las piedras quedan entre las celdas. No hay horizonte, no hay principio, no hay fin.
Pero tus pestañas... es que tus pestañas siguen ahí, entrelazadas. Sigues durmiendo, ausente de todo eso, pero yo no te veo.

Antoinette

Ella no quiere ser gobernada, ni dirigida, ni siquiera guiada por las personas entendidas. Esta es la cuestión hacia la cual todos sus pensamientos parecen, hasta el presente, estar concentrados. Fuera de esto, no reflexiona demasiado, y el uso que ha hecho, hasta el momento, de su independencia es evidente, pues sólo se ha preocupado de la diversión y la frivolidad.

3.2.10

Vuelve

Img. Carla van de Puttelaar

Sólo son canciones escritas con
tipografía sans serif
que describen imberbes
y atrevidos jóvenes
que invaden su mente.

Se consigue olvidar de los problemas,
pero las ensoñaciones hacen que arda por dentro.
Cruza las piernas temiendo que
se adivine todo el deseo que bulle.
Odia alimentar su caldera con fantasías
de sexo sucio y rápido
y chicos cleenex.


Porque los besos sin amor siempre son el mismo.