28.10.09

Todo va demasiado rápido. Cuando recién te levantas y sales a la calle sin previa preparación mental hasta la brisa más suave parece cortarte la cara, y entonces lamentas el maldito momento en el que se te ocurrió salir

Cuando hace calor, cada rayo de sol se te clava en la piel, poro por poro, abrasando cualquier señal de resistencia que opongas a desfallecer en medio del flamante asfalto, que parece destilar petróleo puro.

Andas, y el suelo se te hace tan escabroso como si no llevaras calzado.

A eso se le llama día rojo. No es especial por lo que pase- porque lo cierto es que no pasa nada especial- sino por cómo lo sientes. Todo te irrita, te incomoda y te aburres de la vida.

A ese día rojo lo siguen los días verdes, marrones, rosas, blancos, azules y negros, y algunos colores más como el pistacho, que yo no estoy en contra de especificar tonalidades, pero el verde pistacho no se parece para nada al color de un verdadero pistacho.